Campamento Valladolid 2022 – seguro que repetimos el próximo año….!!!

Con puntualidad británica partíamos el jueves hacia la ciudad castellana de Valladolid. Una expedición formada de 70 personas, entre monitores y jugadores. Destinado a las categorías cadetes y juniors -edades comprendidas entre los 15 y los 18 años- y que se extendería hasta el domingo.

Cargados de ilusión ante la primera expedición que realizábamos desde el Club para estas edades, esta salida era un reto tanto para la sección de baloncesto como para los monitores, ya que después de varias semanas de preparación, no queríamos dejar ningún detalle al azar, y que todos nuestros esfuerzos se fueran recompensados, y que los chicos -los auténticos protagonistas de este evento- disfrutaran de unos días de ocio, cultura y sobre todo deporte.

Uno de los retos y objetivos, es que se disfrutara de varios días de convivencia, se relacionaran entre ellos y por supuesto siguieran haciendo lo que más les gusta y algo que les une a todos ellos y es su pasión por el baloncesto. Dentro de la planificación, disfrutamos de una visita a Valladolid, en la que  entre muchas de las joyas arquitectónicas que posee la ciudad vimos -la Iglesia de San Pablo, San Gregorio, la Catedral, la Plaza Mayor,….- El tiempo no acompañó mucho y el aire y la lluvia fueron compañeros de viaje durante casi toda la tarde, eso sí, ello no fue óbice, para que después de la visita, se diese un tiempo libre a la expedición, y durante un paseo los monitores nos encontrásemos a un grupo de nuestros chicos jugando al basket en un parque contra jugadores de la zona. Incansables.

Las mañanas las dedicamos al deporte. Tecnificación, torneos de 5 x 5 y concursos. A pesar de que las fuerzas iban menguando con el paso de los días, una vez puestos en faena, era increíble como poco a poco se venían arriba y en cuanto se podía a rodar la pelota naranja, cada uno daba lo mejor de sí.

El ocio es importante -qué decir a estas edades-, y en la planificación, se contaba con un concurso de disfraces. La imaginación, las risas e incluso la irreverencia hicieron acto de presencia. Pudimos disfrutar de grupos de hippies, raperos, buzos, nos hicieron un repaso de la moda del siglo veinte, tuvimos la presencia de los “minions”, otras nos mostraron las bebidas y condimentos que tanto nos gustan, e incluso disfrutamos de una actuación de unas monjas bastantes irreverentes – menos mal que el reloj ya marcaba una hora bastante avanzada de la noche- ya que estábamos alojados en un colegio religioso y no tenemos claro qué hubieran pensado al ver a nuestras hermanas.

Para terminar y con el cansancio reflejado en los rostros, partíamos de nuevo para casa. Ojalá esta sea la primera salida de otras muchas que se puedan realizar durante las siguientes temporadas. Seguro que todos los que hemos formado parte de este viaje, no lo olvidaremos nunca.

P.D (dar las gracias al personal del colegio por su exquisito trato).

1,2,3 Parque…!!!